La alergia al sésamo es la reacción exagerada que desencadena el sistema inmunitario para defender el organismo de una partícula sospechosamente extraña. Con la ingesta de sésamo, dicho sistema crea anticuerpos, concretamente, la Inmunoglobulina E. Esta primera etapa se conoce como la fase de sensibilización. Estas proteínas, en la siguiente toma de sésamo, serán responsables de desarrollar una cadena de reacciones que conllevan síntomas gastrointestinales, respiratorios y circulatorios que se detallan en el siguiente apartado.

La alergia al sésamo puede aparecer en la infancia o en la edad adulta. En el 20% de los niños que padezcan la alergia, esta desaparecerá a los 6 años de edad.

La prevalencia difiere por países, siendo mayor en aquellos que tienen un mayor consumo de sésamo como Israel, Canadá y Estados Unidos.

Podemos encontrar sésamo en diferentes alimentos, en condimentos, ya que proporciona mucho aroma, así como en productos farmacéuticos, lubricantes, cosméticos y jabón.

Los síntomas de la alergia al sésamo pueden aparecer al rato de ingerirlo o hasta 2 horas después. Seguidamente se enumeran las molestias típicas de una reacción alérgica según al aparato o sistema que afectan:

• Tracto gastrointestinal: dolor abdominal, diarrea, náuseas, vómitos o calambres estomacales.
• Sistema circulatorio: mareo, aturdimiento, desmayo, pulso débil, choque o colapso circulatorio.
• Tracto respiratorio: sibilancias, congestión nasal, dificultad respiratoria o tos repetitiva.

Además, urticaria alérgica, picor, eccema y color de la piel pálida o azulada.

La gravedad de los síntomas puede alcanzar la anafilaxia. Se trata de una bajada drástica de la tensión arterial que afecta a la frecuencia cardíaca. Este estadio puede llegar a ser mortal, por ello es importante hacer un correcto diagnóstico para disponer del correcto tratamiento farmacológico.

Existen diferentes formas de diagnosticar la alergia. El historial clínico con los síntomas típicos de alergia serán cruciales para sospechar de alergia y seguir con la elección de alguna de estas estrategias para confirmar que se trata de una alergia:

• Prueba de provocación: se administra el alérgeno en cantidades conocidas y en condiciones controladas para comprobar la aparición de sintomatología.
• Prueba cutánea: se trata de una determinación en la que la piel (normalmente del brazo) se expone a sustancias que incluyen la proteína sospechosa. Si seguidamente se observan rojeces u otros signos de alergia, se ratificará la misma.
• Análisis de sangre: esta consiste en cuantificar la inmunoglobulina E específica pera la proteína del sésamo

Desde el momento en el que se diagnostica la alergia, el paciente deberá mantener una dieta libre de pescado y productos derivados del mismo. La manipulación de alimentos será un aspecto La recomendación esencial es llevar una dieta libre de sésamo. Si de forma accidental tomase sésamo, requeriría de la administración de epinefrina para solventar la anafilaxis que podría alcanzar.

Es por ello que, con el diagnóstico de la alergia, su médico o alergólogo le dará recomendaciones y le proporcionará la pauta de epinefrina.

En cuanto a la dieta, deberá ser libre de sésamo. Es por ello que deberá revisar la lista de ingredientes y la información nutricional de los productos que adquiera. De esta forma, será fácil preparar sus platos libres del alérgeno en cuestión. Afortunadamente, desde 2011, disponemos del RD 1169/2011, el cual sostiene la obligatoriedad de las empresas productoras de declarar en el etiquetado la lista de alimentos que incluye el envase o paquete. Además, de indicar con una tipografía de letra diferente y fácilmente legible los alérgenos que pueda incluir el mismo. Así pues, debe tener en consideración si en esta lista se incluye “sésamo” o cualquiera de las siguientes nominaciones: ajonjolí, semilla de ajonjolí, aceite de ajonjolí, gomasio (sal de sésamo), harina de sésamo, pasta de sésamo, sesamol, sesamum indicum, sasemolina, sim, tahini, tahina, tehína y til. Todos ellos implicarán la presencia de sésamo. También es importante detectar el enunciado: “puede contener trazas de sésamo”, ya que, para una persona con alergia, aun con dosis bajas se puede desarrollar la alergia. No se trata pues de más o menos cantidad, se trata de detectar la presencia o ausencia de sésamo en los productos. Y lo más prudente, será evitar la ingestión del alimento del que desconozcamos la composición.

Otras recomendaciones para evitar la reacción alérgica:

• Evitar la contaminación cruzada. En casa es útil utilizar 2 juegos diferentes de utensilios para proteger a la persona con alergia. Además, lavar los platos con agua caliente.
• Informe a su entorno para que sea consciente de su situación y que no le ofrezca alimentos que no debe comer. Así también, deberá comentarlo en los establecimientos de restauración colectiva y poder escoger de la forma más segura. En el caso de los postres, el sésamo es muy frecuente como ingrediente. La fruta fresca será la elección más segura.
• Las semillas desarrollan carga estática, lo que contribuye a que se adhieran a superficie de la ropa, como de alimentos, lo que aumenta el riesgo de contaminación cruzada. Es decir, puede llegar el alérgeno en platos en los que no esperaríamos encontrarlos.
• También puede aparecer contaminación cruzada en establecimientos de panadería y pastelería, ya que en sus mostradores puede haber productos que incluyan sésamo.

Seguidamente se muestra una lista con los productos que suelen incluir sésamo en su composición. Tenga pues en consideración:

• la cocina asiática
• los productos horneados (bagel, pan y pan de hamburguesa)
• muesli
• granola
• chips
• galletas saladas
• hierbas y bebidas de hierbas
• guisos
• sopas
• dulces turcos
• hamburguesas veggis

En el apartado de recetas le proponemos algunas estrategias para sustituir el sésamo y seguir comiendo saludable, a la par de rico. 

Es conveniente que lleve la epinefrina, ya que podría tomar sésamo de forma accidental.

Si aún leyendo la etiqueta o preguntando no dispone de la información, evítelo. Lo más prudente es evitar la ingestión de productos y platos de los que desconozca la composición.

• Lea las etiquetas de los productos antes de adquirirlos. O si no disponen de información, pregunte por ellos a la persona responsable de su venta.
• Informe sobre su nueva situación a su entorno para que le ayuden a cuidarse.
• En casa, si alguien va a cocinar con sésamo, asegúrese de que los utensilios están debidamente limpiados. O para más seguridad, emplee un juego de utensilios diferente.