ALERGIA A LA PROTEÍNA DE LECHE DE VACA
La alergia a la proteína de la leche de vaca es una reacción adversa del sistema inmune a las proteínas que se encuentran presentes en los lácteos y derivados. Cuando el sistema inmunológico se expone a agentes peligrosos, desarrolla ciertos signos para protegernos. Las personas que presenten alergia a la proteína de la leche de vaca se diagnosticarán si muestran la sintomatología típica de alergia al tomar alimentos y productos que incluyan proteínas de la leche de vaca. Es decir, su sistema inmunológico las habrá reconocido como compuestos dañinos para el organismo.
Los síntomas que desarrolla una persona con APLV son: urticaria, picor de ojos y garganta, dificultad para respirar, vómitos, diarrea y en los casos más graves anafilaxia.
La prevalencia (número de personas de un colectivo concreto que han tenido una afección o enfermedad en un momento determinado) en la población española va del 2% al 3%. Aparece en los primeros meses de vida coincidiendo con la introducción de la leche a la dieta del bebé. La prevalencia es mayor en los países industrializados o con mayor desarrollo económico.
Afortunadamente, en la mayoría de los bebés afectados, la alergia desaparecerá con el tiempo.
El tratamiento en estos casos se basa en la eliminación completa de las proteínas de la leche y todos sus derivados de la dieta. Esto puede parecer sencillo pero no lo es, ya que se utilizan muchos derivados como aditivos y/o conservantes en los productos elaborados.
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SABER MÁS
La alergia a la proteína de la leche de vaca, es una reacción adversa del sistema inmune frente a las proteínas de la leche de vaca (PLV). Es una de las alergias más prevalentes en bebés menores de 1 año, afectando al 2-3 % de la población infantil aunque puede aparecer en cualquier edad. A partir de los 3 años de edad, el 85% de los casos presenta tolerancia a las PLV.
La sintomatología dependerá, al igual que en el resto de alergias, del mecanismo inmunológico que la regule:
- Mediadas por IgE*: aparición de forma inmediata (menos de 2 h) de una sintomatología predominantemente cutánea y respiratoria: urticaria, edemas, problemas respiratorios y anafilaxia.
- No mediadas por IgE*: aparición tardía de sintomatología predominantemente digestiva. El cuadro clínico más común de esta alergia es:
- Enteropatía sensible a PLV: diarrea prolongada, distensión abdominal, anorexia y afectación nutricional en diferentes grados.
- Proctocolitis alérgica: presencia de sangre y moco en las heces de los lactantes. Puede derivar en una anemia ferropénica.
- Enterocolitis por proteínas de la dieta (FPIES): vómitos repetidos y tardíos, hipotonía, letargia y palidez.
- De naturaleza mixta: en este caso la sintomatología es cutánea, respiratoria y digestiva.
* inmunoglobulina E.
El tratamiento nutricional consiste en una dieta de exclusión en la que se eliminan todos aquellos alimentos que contengan proteína de leche de vaca:
- Leche y sus derivados: queso, yogurt, nata, requesón, mantequilla, algunas margarinas, cuajada, kéfir.
- Alimentos elaborados con leche y/o sus derivados: cremas para cocinar, postres, salsas, helados, flan, natillas, chocolates con leche, papillas de bebé, fiambres, salchichas, embutidos…
- Aquellos alimentos que contengan aditivos y conservantes derivados de la leche:
- Albúmina, lactoalbúmina
- Globulina, lactoglobulina
- Suero de leche
- Sólidos lácticos
- Proteínas de suero, hidrolizado proteico
- Caseína y caseinatos:
- H-4511 (caseinato cálcico)
- H-4512 (caseinato sódico)
- H-4513 (caseinato potásico)
- Ingredientes que su origen no esté especificado:
- Grasas animales (pueden ser mantequillas o nata)
- Colorantes
- Aromas
- Saborizantes
- Solidificantes
- Lactosa: aunque la lactosa es un azúcar y no produce reacción alérgica per se, si no está perfectamente purificado puede contener restos de proteínas, las cuales sí producen reacciones alérgicas.
También se debe evitar el consumo de leches y derivados lácteos de otros mamíferos (cabra, oveja, y búfala) debido a la similitud de la estructura química de sus proteínas con las de la leche de vaca. En el caso de la leche de yegua, camella y burra, la estructura proteica no es tan similar, aunque su introducción en la dieta debe valorarse individualmente según la tolerancia.
La norma europea sobre el REGLAMENTO DE INFORMACION AL CONSUMIDOR (RIAC) 1169/2011 1 aplicable desde el 13 de diciembre de 2014, obliga a la industria alimentaria a declarar la presencia de la leche de vaca como uno de los 14 alérgenos alimentarios con la etiqueta de “contiene trazas de leche”.
Los alimentos con etiqueta de “puede contener trazas de leche” no suelen tener PLV en su composición, por lo que suelen ser tolerados por los niños con APLV. La introducción de estos alimentos en la dieta debe ser valorada de forma individual por un profesional.
En cuanto a la ternera y sus derivados, siempre que estén bien cocinados, pueden ser incluidos en la dieta.
En el caso de lactancia materna exclusiva (LME) si el niño presenta sintomatología, el tratamiento consiste en la eliminación de la PLV de la dieta materna y la suplementación de la madre con calcio (1 g /día) y vitamina D (600UI/día).
- Si la sintomatología persiste (con un correcto cumplimiento de la dieta de exclusión), se recomienda valorar la exclusión de alimentos como la soja y el huevo que puedan estar implicados.
- Si no hay sintomatología, la madre no tiene que excluir las PLV de su dieta.
En el caso de lactancia mixta, si la sintomatología aparece al introducir la leche de fórmula, pero no con la lactancia materna, el tratamiento es la sustitución de la leche de fórmula por lactancia materna exclusiva o por una fórmula adecuada para esta alergia.
En el caso de niños alimentados con fórmula, se recomienda la utilización de:
- Fórmulas extensamente hidrolizadas (FEH): de caseína y/o seroproteínas. Su uso refiere una tolerancia de más del 90% de los niños con esta alergia.
- Fórmulas elementales: a base de aminoácidos libres. En casos de no respuesta a las FEH.
NO se recomienda el uso de fórmulas parcialmente hidrolizadas (por su elevado peso molecular, que sigue provocando reacción alérgica) y leches o fórmulas procedentes de otros mamíferos (por su similitud antigénica, lo cual produce reacciones alérgicas cruzadas).
El uso de las fórmulas de soja en menores de 6 meses no está recomendado por su elevado poder sensibilizante (lo cual podría causar una alergia a la soja en posteriores etapas de la vida). Los hidrolizados de arroz son una opción para aquellos neonatos de familias veganas menores de 6 meses, pero se debe tener en cuenta que su valor nutricional es muy bajo.
En los niños alimentados con fórmula se recomienda:
- Suplementar con calcio cuando el aporte de la fórmula específica sea insuficiente.
- Suplementar con 400 UI/día de vitamina D.
Alimentos ricos en Calcio y Vitamina D
La suplementación en niños mayores y adultos con alergia a la proteína de leche de vaca no siempre es necesaria si se sigue una dieta equilibrada ya que los nutrientes que aportan los lácteos se pueden obtener de otros alimentos tales como pescados, frutos secos, huevos y carnes.
Aquí tenemos unos ejemplos de alimentos con elevado contenido en calcio o vitamina D que podrían ser incluidos en la dieta.
PREGUNTAS FRECUENTES
El componente que provoca la alergia son las proteínas de la leche: caseína, la α-lactoalbúmina y la β-lactoglobulina, seroalbúmina, albúmina sérica bovina, lactoferrina, inmunoglobulinas…
Los azúcares y las grasas no producen ninguna reacción alérgica pero, cuando se utilizan como aditivos, se tiene que tener mucho cuidado porque los procesos de extracción pueden arrastrar trazas de proteínas que sí producen una reacción adversa.
Se podrá tomar carne de vacuno si la reacción alérgica está provocada por alguna de las proteínas que están presentes en la leche de vaca pero no en la carne de vacuno (caseína, la α-lactoalbúmina y la β-lactoglobulina). Este es el caso en el 90% de los alérgicos. Sin embargo, existen otras proteínas presentes tanto en la leche de vaca como en la carne de vacuno que, en caso de presentar alergia a alguna de ellas, el alérgico no podrá tomarla: seroalbúmina, albúmina sérica bovina, lactoferrina, inmunoglobulinas… Se debe consultar al especialista antes de consumir carne de vacuno para evitar posibles complicaciones.
NO es recomendable el consumo de leches y derivados lácteos de otros mamíferos (cabra, oveja, y búfala) debido a la similitud de la estructura química de sus proteínas con las de la leche de vaca. En el caso de la leche de yegua, camella y burra, la estructura proteica no es tan similar, aunque su introducción en la dieta debe valorarse por un profesional y de forma individual según la tolerancia.
En el caso de lactancia materna exclusiva (LME) si el niño presenta sintomatología, el tratamiento consiste en la eliminación de la PLV de la dieta materna y la suplementación de la madre con calcio (1 g /día) y vitamina D (600UI/día).
- Si la sintomatología persiste (con un correcto cumplimiento de la dieta de exclusión), se recomienda valorar la exclusión de alimentos como la soja y el huevo que puedan estar implicados.
- Si no hay sintomatología, la madre no tiene que excluir las PLV de su dieta.
En el caso de lactancia mixta, si la sintomatología aparece al introducir la leche de fórmula, pero no con la lactancia materna, el tratamiento es la sustitución de la leche de fórmula por lactancia materna exclusiva o por una fórmula adecuada .
La reducción del consumo de lácteos se debe suplir con otros alimentos ricos en este mineral:
- Lácteos y derivados “sin lactosa”: su contenido en calcio es el mismo que los lácteos y derivados con lactosa.
- Pescados con espinas blandas: sardinas, anchoas
- Pescados azules: trucha, salmonete, jurel
- Mariscos: gambas, langostinos, almejas, pulpo, berberechos
- Legumbres: soja y derivados (tofu), alubias
- Frutos secos: almendras, avellanas, nueces, pistachos
- Semillas (sésamo, lino) y cremas de semillas (tahini)
- Verduras y hortalizas: espinacas, acelgas, brócoli, calabacín, col
- Yema del huevo
El calcio se absorbe mejor si se consume junto con vitamina D. La principal fuente de vitamina D es la exposición solar, pero los alimentos ricos en vitamina D son:
- Pescado azul: atún, bonito, salmón, jurel, anchoas
- Marisco: langostinos
- Huevo de gallina
- Vegetales: aguacate
En caso de no querer renunciar a ellos, existen en el mercado un sinfín de productos lácteos sin lactosa, los cuales mantienen la misma composición nutricional pero se ha separado la lactosa en sus dos azúcares para hacerla apta para los intolerantes.
En el caso de niños alimentados con fórmula, se recomienda la utilización de:
- Fórmulas extensamente hidrolizadas (FEH): de caseína y/o seroproteínas. Su uso refiere una tolerancia de más del 90% de estos niños.
- Fórmulas elementales: a base de aminoácidos libres. En casos de no respuesta a las FEH.
NO se recomienda el uso de fórmulas parcialmente hidrolizadas (por su elevado peso molecular, que sigue provocando reacción alérgica) y leches o fórmulas procedentes de otros mamíferos (por su similitud antigénica, lo cual produce reacciones alérgicas cruzadas).
El uso de las fórmulas de soja en menores de 6 meses no está recomendado por su elevado poder sensibilizante (podría causar una alergia a la soja en posteriores etapas de la vida). Los hidrolizados de arroz son una opción para aquellos neonatos de familias veganas menores de 6 meses, pero se debe tener en cuenta que su valor nutricional es muy bajo.
No, la presencia de la alergia no retrasa la introducción de ningún alimento. Sí se debe de tener especial cuidado con las listas de ingredientes de los alimentos que vaya a consumir el niño.
- Leche y sus derivados: queso, yogurt, nata, requesón, mantequilla, algunas margarinas, cuajada, kéfir.
- Alimentos elaborados con leche y/o sus derivados: cremas para cocinar, postres, salsas, helados, flan, natillas, chocolates con leche, papillas de bebé, fiambres, salchichas, embutidos…
- Aditivos y conservantes derivados de la leche:
- Albúmina, lactoalbúmina
- Globulina, lactoglobulina
- Suero de leche
- Sólidos lácticos
- Proteínas de suero, hidrolizado proteico
- Caseína y caseinatos:
- H-4511 (caseinato cálcico)
- H-4512 (caseinato sódico)
- H-4513 (caseinato potásico)
- Ingredientes que su origen no esté especificado:
- Grasas animales (pueden ser mantequillas o nata)
- Colorantes
- Aromas
- Saborizantes
- Solidificantes
- Lactosa: aunque la lactosa es un azúcar y no produce reacción alérgica per se, si no está perfectamente purificado puede contener restos de proteínas, las cuales sí producen reacciones alérgicas.
Pese a que los alimentos que causan la sintomatología en ambas patologías son los lácteos, son enfermedades completamente diferentes.