ALERGIA A LOS FRUTOS SECOS
Las personas con alergia a los frutos secos manifiestan sintomatología al tomarlos, ya que su sistema inmunitario desencadena unas reacciones mediadas por anticuerpos IgE específicos.
Con frutos secos, nos referimos a los frutos de cáscara (almendras, nueces, avellanas, pistachos, anacardos, castañas…) y semillas (pipas de girasol, de calabaza, semillas de amapola, sésamo, piñones…).
Todos ellos, aunque tienen poca relación botánica entre sí, puede conllevar reactividad cruzada entre ellos, ya que incluyen proteínas similares. Por tanto, las personas que presenten hipersensibilidad a los frutos secos deberán eliminarlos de su menú, así como a sus derivados.
La sintomatología derivada de la alergia a los frutos secos implican afección del aparato respiratorio (dificultad en la respiración y opresión en el pecho), del aparato digestivo (dolor abdominal, vómitos…), así como efectos típicos de una inflamación (urticaria, enrojecimiento…).
A partir del diagnóstico, el paciente deberá adaptar su dieta y prescindir de la toma de frutos secos y de sus derivados. Cuando somos responsables de la elaboración de los platos, es muy sencillo, se podrán elaborar platos que incluyan cereales, carne, pescado, huevos, legumbres, verduras y hortalizas. Debemos tener en cambio, especial precaución cuando comemos fuera de casa o compramos productos ya elaborados.
Para facilitar la elección de alimentos y platos en el momento de adquirirlos, la norma europea 1169/2011 establece que el etiquetado de los productos incluirá la lista de ingredientes con una fuente y en tamaño legible. Y que los alérgenos serán identificados claramente, normalmente en negrita. En el caso de que incluyan frutos secos se indicará como “fruto seco” o como “puede contener frutos de cáscara”.
SABER MÁS
La alergia a los frutos secos es un término general que abarca toda reacción adversa del sistema inmune a cualquier alimento que se englobe dentro de los frutos secos.
Los frutos secos son alimentos de origen vegetal, con bajo contenido en agua (<50%) y ricos en proteínas, grasas saludables, fibra, vitaminas y minerales. Estos son:
- Frutos de cáscara: almendras, pistachos, nueces, avellanas, anacardos, castañas…
- Semillas: pipas de girasol, de calabaza, sésamo, chía, piñones…
- Cacahuetes: pertenecen a la familia de las legumbres, aunque conviene considerarlos porque pueden desencadenar una reacción cruzada.
La existencia de una alergia a un fruto seco no implica la alergia a todos ellos pero sí que existe una reactividad cruzada por la similitud entre sus proteínas. Estudios científicos sugieren una reactividad cruzada entre la nuez, la avellana y la almendra.
Se denomina reacción cruzada cuando el sistema inmunitario detecta y reacciona a alérgenos semejantes a los responsables de la alergia. Es decir, por su similitud en la estructura, el organismo confunde los alérgenos y reacciona a los mismos.
La edad, la zona geográfica y el consumo son los principales factores que determinan la prevalencia de las alergias a los frutos secos pero, en términos generales, son una de las alergias más comunes afectando aproximadamente al 1% de la población. Suelen aparecer a partir de los 3-4 años y, a diferencia de otras alergias como la del huevo o la proteína de la leche de vaca que desaparecen en la mayoría de casos con el paso del tiempo, las alergias a los frutos secos se mantienen de por vida.
La mayoría de las alergias a frutos secos son mediadas por las IgE (prueba de la inmunoglobulina E alérgeno-específica) . Esto determina que la aparición de los síntomas es rápida (menos de dos horas desde la ingesta del alimento).
Los principales síntomas son similares al resto de alergias: urticaria, hinchazón de labios, picor en la boca, dolor abdominal, vómitos, diarrea… En casos de reacciones más severas pueden aparecer dificultades para respirar, respiración sibilante (con pitidos), hipotensión, desmayos y, en las situaciones más graves, un shock anafiláctico.
La sensibilización y exposición previa, la edad, la existencia de otras alergias y el propio alérgeno condicionaran los síntomas y su severidad.
La eliminación del fruto o frutos secos que produzcan la alergia es el único tratamiento de prevención existente.
Pese a que solo se debe eliminar aquel alimento que produzca la reacción alérgica, hay que tener mucho cuidado con las contaminaciones cruzadas:
- Mantener los frutos secos debidamente empaquetados separados de otros alimentos o productos que no los incluyan.
- Evitar el consumo de alimentos que se sirvan con los mismos utensilios que el alérgeno.
- Evitar siempre el consumo de alimentos cuya etiqueta indique “contiene trazas de” o “puede contener trazas de” ya que indica que ha podido haber una contaminación cruzada.
Se deben evitar:
- Los frutos secos: almendras, nueces (de Brasil, de macadamia…), anacardos, avellanas, pipas de girasol, piñones, pistachos, castañas…
- Turrones y mazapanes
- Cremas de untar de frutos secos: crema de cacahuete, crema de avellana, nocilla…
- Chocolates y dulces que tengan frutos secos. El chocolate sin frutos secos no supone ningún problema.
- Mantequillas de frutos secos
- Aceites de frutos secos: pese a que su composición no debería suponer ningún problema ya que son ≥ 99% grasa, en el proceso de producción se puede producir una contaminación cruzada.
- Productos de panadería y repostería
- Salsas precocinadas
- Helados. Sobre todo en heladerías, ya que se emplea la misma cuchara para servir los helados.
PREGUNTAS FRECUENTES
Existen tres formas: sobre la piel (con el prick-test), con muestras de sangre y con pruebas de provocación. Ésta última consiste en administrar el alérgeno de forma controlada.
La alergia a los frutos secos es una de las más comunes. La prevalencia afecta alrededor del 1% de la población. En función de la zona geográfica puede variar, ya que, a mayor consumo, más personas expresarán la alergia a los frutos secos.
Las personas con alergia a los frutos secos reaccionan inmediatamente después de tomarlos, o como mucho, 2 horas después. Suelen presentar sintomatología dermatológica: urticaria, hinchazón abdominal… pero también gástrica como vómitos, diarrea y dolor abdominal. Aunque el síntoma más notable, es la dificultad para respirar y la respiración ruidosa (recuerda a un silbido) que se siguen de hipotensión, desmayos y en los casos más graves, shock anafiláctico.
En primer lugar, dejar de tomar el alimento sospechoso. Es recomendable acudir al médico alergólogo para que proceda con las pruebas de diagnóstico.
De esta forma, podrá esclarecer la causa de la sintomatología detectada y seguir con el tratamiento más adecuado.
Desde el día en que la persona se haya expuesto al alimento y éste le haya provocado sintomatología, es imprescindible que se elimine de la dieta. La dieta más segura a partir de ese momento será la que esté exenta de frutos secos o sus derivados.
Sí, ya que la similitud que tienen las proteínas de los diferentes frutos secos podría desencadenar una reacción cruzada y, por tanto, la sintomatología característica de alergia.
Sí, ya que la similitud que tienen las proteínas de los diferentes frutos secos podría desencadenar una reacción cruzada y, por tanto, la sintomatología característica de alergia.
El chocolate se elabora a partir de la manteca de cacao y azúcar, por tanto será apto para el consumo. A excepción, eso sí, del chocolate que incluya almendras u otros frutos secos.
Los frutos secos, igual que el resto de los alérgenos, deberán estar debidamente indicados en el producto. Así lo exige el Reglamento 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, tanto para productos envasados, como para los no envasados, directamente a disposición del consumidor.
De hecho, la palabra “fruto seco” deberá tener una composición tipográfica diferente al resto de ingredientes. Es decir, aparecerá en negrita, o con un fondo de color diferente al resto, con el fin de facilitar la detección de alérgenos al consumidor.
Aunque reciba el nombre de nuez, no se considera un fruto seco, se podrá por tanto incorporar de forma segura a nuestra dieta.
La composición de los aceites es esencialmente grasa o lípido. Aunque en el proceso de refinamiento es susceptible de contaminarse de proteínas responsables de desencadenar la reacción alérgica. Es por ello, que, aunque su consumo se ha mostrado seguro en muchos estudios, la recomendación más prudente es evitar los aceites que provengan de frutos secos.
En cuanto a las cremas de frutos secos, no son aptos para el consumo ya que se obtienen de procesar los frutos secos enteros.